domingo

Tus manos hablan, tu corazón destruye

Andrew Newell Wyeth


No me andes persiguiendo, anda
que ya tengo muy vistas tus estructuras metálicas de niño ingenuo
Es tu sombra la que mece mi altar
es tu inútil reflejo el que acelera mis espinas vivas
La esencia imperfecta que aniquila mi organismo:
la tuya, esa que no sabe fingir
Tus manos hablan, tu corazón destruye



1 comentario:

elena clásica dijo...

La imperfección de alguien es aquello que más ternura nos produce y que más nos acerca al amor, al de la esencia, a la que aniquila, a la que no sabemos entender, pero que penetra fuerte.
Déjemos hablar a la manos, también a las tuyas que tan bellos poemas escriben.
Un saludo.